Por: Abigail Arredondo Ramos
Columna publicada en el periódico EL Universal Querétaro
La inseguridad sigue siendo la principal causa de preocupación en nuestro país. La estrategia de “abrazos, no balazos” implementada por el gobierno federal ha sido un rotundo fracaso y para muestra, un botón.
De acuerdo con información oficial del INEGI, la principal causa de muerte de personas entre 15 y 44 años es el homicidio doloso. Las cifras son alarmantes. El último reporte, puntualizó que en 2022, asesinaron a 6 mil 390 personas de edades entre 15 a 24 años de edad; 9 mil 227, en edades de 25 a 34 años de edad y, a 6 mil 949 personas de edades que van de 35 a 44 años. En total, estos tres bloques suman 22 mil 566 personas.
Todo ello ha sido consecuencia de la política permisiva de la actual administración, en la que se ha dejado expandir el crimen organizado a lo largo y ancho del país, cuyos grupos criminales cada vez son más brutales y sanguinarios. Prueba de ello fue lo sucedido en Lagos de Moreno, Jalisco; con el triste deceso de cinco jóvenes que, al parecer, estuvieron en el lugar y momento equivocados; así como los cientos de casos de desapariciones forzadas de personas y masacres acontecidas recientemente en varios estados como: Guanajuato, Guerrero, Veracruz, etc.
La brutalidad con que operan estos grupos y la insensibilidad que muestran frente a sus víctimas, es reprobable, pero lo peor es la falta de respuesta y estrategia que muestran las autoridades, con una actitud pasiva y perniciosa que ha sido aprovechada por quienes hacen daño al prójimo.
En gran medida, la impunidad responde a la falta de eficacia de las autoridades encargadas de brindar seguridad. El Estado Mexicano está fragmentado y desarticulado. Las autoridades de los tres niveles de gobierno están desconectadas entre sí, pues aunque muchas veces operan en el mismo territorio, no guardan ilación en sus operativos o acciones, especialmente, en materia preventiva.
Es urgente que, como ciudadanía, exijamos a quienes aspiran a ocupar la máxima magistratura de nuestro país, a que precisen: ¿Cuál va a ser su estrategia de seguridad? ¿Qué posición guardarán frente a las organizaciones criminales? ¿Combatirán o no a los carteles mexicanos? ¿Continuarán con los abrazos y no balazos? ¿Aplicarán la Ley?
Estas y otras preguntas deben ser respondidas inmediatamente, pues nuestro país requiere de soluciones efectivas y eficaces. No estamos para improvisaciones, es tiempo de ver el tema de la seguridad como pilar fundamental para la estabilidad social.
Por ello, me da gusto que algunos personajes ya estén entrando al debate y posicionando su postura al respecto. En el Frente Amplio por México, vemos con agrado como las aspirantes que lo conforman ponen sobre la mesa soluciones efectivas y palpables a los problemas que enfrenta nuestro país, como el de la inseguridad.
Así lo dijo la senadora Beatriz Paredes en el foro regional celebrado en Durango, donde comentó textualmente: “el valor a preservar es la vida de los mexicanos y restablecer el Estado de Derecho. No puede haber territorios sin autoridad, tiene que prevalecer el Estado. A través de policías civiles o a través de las corporaciones que establece la Constitución. Un México en paz, ese es el compromiso.”
Mensaje contundente que deja clara la posición de la senadora y de la oposición frente al duro tema de la inseguridad. No hay que darle tantas vueltas. La estrategia es clara. No se trata de abrazos ni balazos, se trata de poner orden en el país, de aplicar la ley y ejercer el poder del Estado para proteger lo más valioso para la gente: su vida e integridad.
Así de fácil…así de difícil.